19/4/12

¿Trámite o sacrificio?


Situémonos: abril, a mes y medio para la entrega de junio... Sí, esta semana volvemos a hablar del PFC (de la ETSA de Valladolid para más señas). Es el momento de ir rematando láminas y decidir si te va a dar tiempo a entregar en junio o, por el contrario, dejarlo para octubre. ¿O quizá exista otra opción? Nunca viene mal un poco de ayuda.
Y es que, queríamos plantear el tema de los encargos que se hacen por parte del todavía alumno para que otra persona, véase amigo, familiar, becario o derivados, haga una parte de su proyecto. Sí, esto está a la orden del día, no lo vamos a negar ahora. 
En principio no es nada del otro jueves, tienes un compañero que dispone de más tiempo que tú, por lo que sea, o se le da mejor que a ti hacer los renders y le pides un favor. Y la cosa no va a más. Otra de las ayudas más comunes, son las típicas láminas de instalaciones que haces en el último tramo deprisa y corriendo, porque, entre otras cosas, parece que no merece la pena dedicarles mucho más esfuerzo, y también confías en algún camarada que sí cursó “ampliación de instalaciones”. Esto también puede suceder en otros casos como la realización de maquetas, redactar la memoria, calcular  mediciones y presupuesto, etc.


Claro, surge el dilema: ¿Dónde estaría el límite ético (por no decir legal) de estas ayudas? ¿Hasta qué punto se diferencia esto de las "empresas" existentes y a las que puedes encargar tu PFC? Porque suponemos que estas últimas realizarían una parte de tu proyecto, no será tan fácil como ir el primer día con el enunciado del ejercicio y les sueltes: “oye, aquí lo tienes, ya me paso a por él en junio”, o quizá sí, vaya usted a saber.
¿Cuánto vale ese trabajo? ¿Cuánto cuesta un PFC económicamente hablando? Casi es mejor no saberlo. Porque hay gente que saca “tajada”, ya sea con encargos del 3D, de maquetas o similares. No nos parece mal, si eres poco habilidoso con el cúter o no te da tiempo a hacer los renders. Pero lo que nos parece peligroso es, que la gente empiece a encargar estos trabajos, por el simple hecho de que todo el mundo también lo hace y claro, uno no va a ser menos, cuanto más completo, mejor. Por supuesto, estamos generalizando, no todo el mundo piensa así; además, cada uno entrega lo que cree conveniente mientras cumplas los objetivos propuestos.
Pero, a lo que vamos es que, si cada vez más gente delega en otros, estaríamos caminando casi hacia un modelo de proyecto grupal, trabajado por varias personas. ¿Qué pasaría si se aprobara con un proyecto a más de un alumno? Esto en la actualidad sería impensable, ya que el proyecto es personal e intransferible, todo el mundo debe dar la talla en proyectos, construcción, instalaciones... Pero nos pasamos la carrera fomentando el trabajo en grupo, porque es lo que supuestamente harás al salir de la escuela, y a la hora de la verdad, el trabajo individual es el que realmente cuenta.
La única conclusión que se nos ocurre es, que el modelo actual de trabajo, a nuestro modo de ver, está un poco descompensado entre la fase proyectual, el proceso constructivo, y por supuesto, las instalaciones y otras láminas de relleno. ¿Sería buen momento para actualizarse y mirar cómo funciona el PFC en otras escuelas?
¿Vosotros, qué opináis?


13/4/12

Una práctica necesaria


Quiero aprovechar la ocasión para invitar a los lectores a reflexionar sobre la transcendencia del grafismo en la arquitectura y la evolución de la técnica y sus consecuencias en la arquitectura y el arquitecto de hoy.

No quiero remitirme al origen del grafismo y su influencia en el desarrollo del aprendizaje, no pretendo relatar “la historia de la representación”, no voy a referirme por lo tanto a Vitrubio, Brunelleschi o Alberti  ni a la perspectiva o la geometría. Todo esto nos llevaría a un extenso relato que nos alejaría del objetivo. Pero sí debemos considerar que el ser humano, desde lo más primitivo, siempre ha tratado de plasmar sus sentimientos e inquietudes mediante colores y símbolos en cualquier superficie plana que tuviese a mano. Desde ese instante hasta el término “grafismo" (en este caso, aplicado a la arquitectura) hay miles de años de evolución de la técnica pero no tanto del concepto. Partiendo  del punto, llegando al trazo y de este pasando al dibujo. Estaremos todos de acuerdo en que el dibujo es la herramienta narrativa del arquitecto. Es evidente que la expresión oral es indispensable en esa necesidad de comunicar y de describir una idea, pero un arquitecto nunca logra sustituir el lenguaje gráfico.



Una cosa lleva a la otra y tras la revolución de la informática, el arquitecto del lapicero se encuentra inmerso en una nueva era. Siempre buscando facilitar a los diseñadores la visualización de sus proyectos, nace una nueva disciplina que combina grafismo e informática: la infografía. El trabajo “mecánico” se ha reducido de forma notable y los nuevos medios permiten obtener  varias soluciones para un mismo problema a una velocidad endiablada. El paso a las tres dimensiones no se ha hecho esperar y todo esto, que ha abierto un abanico de posibilidades enorme de cara a la expresión gráfica de los proyectos, ha cambiado las reglas del juego claramente. Con la incursión de la informática, la arquitectura ha entrado en el ritmo enloquecedor que domina la era digital: lo que hoy es novedad, mañana es pasado. La arquitectura se ha convertido en una gran industria en la que el rendimiento prima sobre la calidad de los proyectos.

En conclusión, ¿a qué conlleva esto? Pues en mi opinión se está perdiendo la calidad de los proyectos de una forma alarmante, se busca descaradamente vender el proyecto a toda costa  mediante el uso de la  infografía. El ritmo que marcan los concursos y los jurados poco conocedores de la materia provoca que  proyectos que se gestan y desarrollan en tres días, muchas veces vacíos de contenido, ganen  por lo bien que venden la imagen. Esto claramente nos introduce en una dinámica peligrosa, con más razón cuando en la actualidad la gran mayoría de obra nueva se contrata mediante concurso. Por otra parte, si esto infesta las escuelas de arquitectura (al fin y al cabo la asignatura de proyectos es un concurso en cierta medida) y los estudiantes se centran en aprender los programas de renderizado antes que en pensar con un lapicero en las manos, pues el problema se agudiza. Es evidente que la solución no es volver atrás en el tiempo y tachar a la informática de herramienta del diablo al igual que no vamos a volver a la peseta, pero creo que de vez en cuando bajarnos de la era digital, coger un lapicero y centrarnos en lo más creativo que tiene uno mismo al enfrentarse a un nuevo proyecto, es una práctica necesaria. 

5/4/12

Guindas y Guindos


A una ciudad que requiere tantos artefactos urgentes [una casa para cada uno, escuelas, transportes] no le interesa que se coloquen guindas de pastel sobre sus desastres”

Durante tiempo llevo preguntándome sobre la relación entre arquitectura y sociedad, el desfase existente -cada vez mayor- entre ambos y de dónde proviene.
Me aterroriza contemplar, que la gran mayoría de los 2.000 nuevos arquitectos, que salen cada año las escuelas de arquitectura españolas, no sean más que fundamentalistas de estilo, fanáticos de -ismos, que idolatran arquitectos como párvulos a futbolistas. Y la arquitectura [como su propio nombre indica] trata de arquitecturas, no de arquitectos. Ni de vehemencias absolutas y obsoletas [“La arquitectura no es una profesión, es una religión”]

La nueva colección de Panini: los cromos de "grandes arquitectos"
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Cano Lasso lo explicaba perfectamente:

La brecha que separa a los arquitectos de la sociedad es algo que debe preocuparnos especialmente. La sociedad es nuestro cliente y en gran medida la arquitectura es un reflejo de la sociedad que la construye. La sociedad esta desorientada y los arquitectos, con nuestras modas y caprichos, tenemos mucha culpa. Hoy la arquitectura es para arquitectos”[1]

Y son este ensimismamiento y “autismo social” los barros de los que vienen los lodos actuales: el millón de viviendas vacías, los cientos de miles de desahucios, los enormes desequilibrios geográficos y urbanísticos...
El desprestigio de la figura del arquitecto esta justificado, en cuanto que no ha cumplido con su obligación de dar solución a estos problemas. Y mientras la arquitectura no atienda a las necesidades sociales y económicas que demanda la comunidad, no dejará de ser una disciplina encerrada en sí misma.

¿Cómo es posible, que de los star-architecs, solo Alvaro Siza haya construido vivienda social? Ni siquiera Niemeyer, declarado comunista, se ha preocupado por solucionar el problema de acceso a la vivienda de aquellos que más difícil lo tienen. Este problema [el de la vivienda social], se ha tratado poco y mal. En palabras de Joan Macdonald [una figura que debería ser obligatoria en los planes de estudio de todas las escuelas de arquitectura]:

La vivienda social nace de un interés de las empresas constructoras por meterse en un campo donde antes no hacían negocio. Lo que hacen es bajar los estándares, pero siguen con sus mismos preconceptos de clase media. Está enfocado desde la oferta, no desde la necesidad”.[2]

La clase política no ha ayudado, y durante años hemos vivido de cortar cintas inaugurales. Pero un auditorio no soluciona las necesidades básicas de la ciudad ni facilita el acceso a la vivienda [derecho constitucional]. El Ministerio de sanidad “se luce” por sus cifras de curados, no por la belleza de sus hospitales. ¿Por qué no sucede lo mismo con la vivienda?.


Guinda lujosa en pastel precario

La arquitectura SI es una profesión; una profesión que puede contribuir a cambiar y mejorar la realidad. Que no es poco.

Hemos estado años, poniendo lujosas guindas a pasteles rancios y precarios.

Antes de caerme del guindo, yo me bajo por mi propio pie.